La cultura del Pacífico colombiano, rica en expresiones musicales, espirituales y comunitarias, tiene en los alabados una de sus más profundas manifestaciones de identidad y resistencia. Estas canciones, interpretadas principalmente durante rituales fúnebres, especialmente en los velorios y entierros, no son simples cantos de despedida; son expresiones vivas de una cosmovisión ancestral donde la muerte no es el final, sino una transición sagrada hacia otro plano de existencia.
Origen y significado espiritual #
Los alabados tienen raíces en la tradición africana traída por las poblaciones esclavizadas al territorio americano. A lo largo de los siglos, estas expresiones fueron integrándose con elementos del catolicismo impuesto durante la colonia, generando una práctica religiosa sincrética única. En los pueblos del litoral Pacífico, especialmente en regiones como Guapi, Timbiquí, López de Micay o Buenaventura, los alabados se entonan como una forma de orar cantando, implorando descanso eterno para el alma del difunto.
Cada canto es una mezcla de lamento y esperanza, interpretado por las “alabadoras”, mujeres sabias que han heredado oralmente estas melodías y versos. Su voz representa la conexión con lo divino, la mediación entre el mundo de los vivos y el de los muertos, y el consuelo para los familiares que permanecen.
Función social y comunitaria #
El velorio en el Pacífico es un evento profundamente colectivo. Durante toda la noche, la comunidad acompaña al difunto con rezos, alabados y rituales que refuerzan la solidaridad y el sentido de pertenencia. La comunidad se reúne, canta, comparte alimentos y recuerdos, reafirmando la vida comunitaria y la importancia de cada uno dentro del tejido social.
El acto de alabar también tiene una dimensión pedagógica. A través de los cantos, se transmite la memoria colectiva, la historia de lucha, de fe y de resistencia cultural frente a la marginalización. En los alabados se nombran santos, se cuentan historias, se reflexiona sobre la muerte, pero también sobre la vida y sus valores.
Patrimonio vivo en riesgo #
A pesar de su importancia cultural y espiritual, los alabados enfrentan hoy múltiples amenazas: la migración forzada, el conflicto armado, la influencia de modelos culturales foráneos y el desinterés de las nuevas generaciones han llevado a una disminución en su práctica. Las alabadoras, generalmente mujeres mayores, se preocupan por la pérdida de esta tradición que no se enseña en escuelas ni se promueve en los medios.
Organizaciones culturales y portadoras de tradición trabajan hoy para salvaguardar los alabados, organizando talleres, grabaciones y encuentros comunitarios que buscan revitalizar esta herencia. En este contexto, el reconocimiento de los alabados como patrimonio inmaterial del Pacífico no solo es un acto de preservación, sino también de justicia cultural.
Conclusión #
Los alabados son mucho más que cantos fúnebres: son expresión de una espiritualidad arraigada en la historia afrodescendiente del Pacífico colombiano, un símbolo de resistencia, identidad y comunidad. Protegerlos es honrar la memoria de los ancestros y garantizar que las nuevas generaciones puedan seguir entonando, con respeto y orgullo, las melodías que acompañan a sus muertos y celebran su cultura viva.
